Lara Garlito: «Un nuevo comienzo, un nuevo curso»

 

La semana pasada comenzó el curso el escolar y la pequeña de la familia, mi sobrina, volvía a su colegio, ella decía que estaba encantada de hacerlo, y no me extraña en absoluto, yo como ella, también lo estoy de retomar estas líneas después del pequeño descanso de Espejo convexo durante el verano, no esconderé que ya empezaba a echarlo de menos, a echaros de menos.

Cada nuevo curso nace con sus nuevas circunstancias, y este lo hace bajo una nueva legislatura, un nuevo impulso tras unas elecciones autonómicas en las que Extremadura apostó por la seguridad y la estabilidad al otorgar una mayoría absoluta en la Asamblea de Extremadura. El rigor de la política seria y honesta se impuso a la venta irresponsable y sin remordimiento que parecía haber tomado el control de la derecha política de esta región, lamentablemente, de otras también, y al formar sus gobiernos han continuado con ese sendero o con ese otro aún más peligroso, el de la confusión a través de un debate plagado de contradicciones para finalizar debilitando y abandonando los servicios públicos.

La Comunidad de Madrid gobernada ya por tres partidos políticos de derechas, proclamó este verano, en el debate de investidura, una bajada de impuestos, y no se habló de cualquier bajada, sería, según calificó Ayuso, histórica. Supongo que muchos madrileños se alegrarían, otros, en cambio, se preguntarían de donde recortarían, aún estaba reciente el anuncio y medidas similares en Andalucía y acabaron repercutiendo en las familias medias, como ejemplo, el aumento del precio público de las plazas de guarderías.

Y lo que parecía una comunidad autónoma que no necesitaba de ningún tipo de ingreso, trascurridas las semanas, su presidenta, Ayuso, reclamaba al gobierno central financiación autonómica. Y es que no se puede hablar de financiación sin hablar de fiscalidad, sin hablar de justicia social, de equidad y de solidaridad. No se puede anunciar una bajada de impuestos que provoca un efecto más de dumping fiscal, una competencia desleal que solo provoca la deslocalización fiscal de los grandes contribuyentes y una terrible desigualdad entre territorios. No se puede hablar de igualdad entre españoles si desigualas a los territorios; son las personas y las empresas las que tributan y no los territorios. No se puede proclamar una cosa y la contraria.

Para este nuevo curso espero un debate serio y responsable en todas las comunidades autónomas sobre financiación autonómica como el que abrió ayer el Pleno en la Asamblea de Extremadura por parte de la Vicepresidenta de la Junta de Extremadura, sin dobleces, con la verdad que otorga mirar de frente a los extremeños y a las extremeñas.

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