Estamos a 48 horas de llenar las urnas con votos, votos que son más imprescindibles que nunca porque la participación le pone freno al odio, a la mentira, a la España en blanco y negro, esa que la derecha añora, esa de la que huimos hace cuarenta años.
El próximo domingo se enfrentan dos modelos muy reconocibles: el progreso que encarna el PSOE, contra el retroceso de la derecha. La libertad de nuestras hijas para elegir su camino, su forma de vida y con quién compartirla, o devolverlas a la sumisión con la que sueña la derecha de este país. La igualdad tiene un camino y es la libertad plena de elección de cada una de las mujeres de este país.
Nos jugamos la lucha contra la violencia de género, la lucha por acabar con los asesinatos machistas. La derecha cree que hay que terminar con la ley contra la violencia de género y el PSOE cree que hay que profundizarla para terminar con el asesinato de las mujeres por ser mujeres.
Nos jugamos el derecho a recordar a nuestros muertos, a los represaliados durante la larga noche del franquismo, esa a la que la derecha más casposa nos quiere hacer regresar. Nos jugamos las escuelas, los hospitales. Nos jugamos nuestra identidad como extremeños porque la derecha quiere quitarnos la bandera, el himno y la autonomía. Quiere que volvamos a ser un coto privado de caza de los señoritos de Madrid.
Nos jugamos las pensiones y la ley de dependencia porque la derecha quiere un sistema privado de pensiones y cree que las personas dependientes deben atenderse solas o según su billetera. No olvidemos que el PP aspira, junto a los otros dos, a que la sanidad sea un negocio, a privatizarla mientras pauperiza la pública.
Es imprescindible recordar que la moción de censura fue provocada por la corrupción del PP acreditada por los tribunales de justicia. Pedro Sánchez intentó acordar para progresar y, “casualmente”, la derecha y los independentistas llegaron a un acuerdo para acabar con unos presupuestos que garantizaban más igualdad, más infraestructuras y más derechos. Ellos, derecha e independentistas son las dos caras de la misma moneda y tenemos que dar un paso al frente ganando claramente el 28 de abril.
Todas las encuestas dicen que vamos ganando, pero no nos sirve ganar la previa. Hay que ganar el partido y ningún equipo gana un partido sin presentarse a jugar. Presentarse a jugar es llenar las urnas de votos con el puño y la rosa socialista, porque para vencer a la derecha y a los independentistas, primero hay que ganarle a la abstención. Vayamos a votar, porque no hacerlo es regalarle la llave del gallinero al zorro. Si vamos a votar, ganamos y si ganamos seguiremos construyendo la España que queremos. Haz que pase.
