Miguel Á. Morales: «Transversalidad y mayorías

Históricamente la derecha de este país, en sus formas más o menos civilizadas que van desde la provocación de la guerra civil hasta el vergonzoso entramado corrupto conocido como Gürtel, ha organizado sus fuerzas, las que van en listas y las que influyen desde las sombras de los mercados o desde medios de comunicación, para mandar, acumular poder y a la vez mostrar su máscara reformista, que siempre esconde la esencia más reaccionaria en cada momento histórico.

 El PSOE, en su siglo y medio de historia en España, pasó desde el ostracismo, la persecución y la represión a la victoria democrática, trabajando y luchando siempre para fusionar sensibilidades distintas, con el común denominador de la igualdad, la libertad y la justicia social como espacio amplio y transversal para que se generasen los años de mayor progreso que hoy disfrutan la ciudadanía y los territorios.

 Por tanto no creo inteligente dividir, enfrentar y entrar en el juego de los bloques ideológicos, separados por una inmensa trinchera de desasosiego y ausencia de diálogo, escenificando una sensación guerracivilista que no favorece a nadie más que a los que, históricamente, juegan a acumular poder y a erigirse como defensores de un orden ficticio. Después de todo, la “república catalana” se la proclamaron a Mariano Rajoy y a su gobierno infectado por la corruptela propia y la generada para seguir lucrándose a costa de la gente.

 El PSOE es un partido, con sus errores y virtudes, creado a través del tiempo y de los reclamos de las diferentes épocas, para transformar la sociedad y progresar hombro con hombro con la ciudadanía, la creyente, la atea, la liberal, la urbana, la rural… ¿Por qué? Porque sin la capacidad de reconocer los matices, nos vemos ante una grieta que nos separa gracias a bulos, odios y falsos profetas de un país que, de seguir sus designios, estará condenando al fracaso sin atenuantes.

 Somos el PSOE y en consecuencia trabajamos, sin renunciar a nuestros principios y valores, para ser mayoría social, una mayoría dispuesta a convivir y a generar nuevas condiciones para un territorio y un país que pide nuevas respuestas ante nuevos retos, un país y un territorio hartos de escuchar logros amortizados, logros que ya son realidades y cada vez que se recurre al pasado para convencer a alguien, es sinónimo de agotamiento intelectual y de miedo.

 No, nuestra opción no es la de entregarnos ante la interesada creación de bloques y fragmentaciones que cada vez se escuchan y se entienden menos. Nuestra opción es la de ampliar nuestra mayoría social para escuchar, dialogar y consensuar lo que haga falta para avanzar, sin reproches ni revanchas, con afinidad y empatía con la gente y así conseguir el bien común. Así y sólo así se combate y se vence al odio.

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