Pablo Iglesias: «Pradocastaño es un ejemplo de patrimonio como industria cultural»

¿Y si fuéramos capaces de poner en valor nuestro patrimonio generando industrias culturales? Esa es la pregunta que nos lleva hasta aquí. A lo largo de la geografía extremeña, miles de yacimientos arqueológicos, pero también miles de elementos patrimoniales, languidecen a la espera de proyectos locales, austeros y participativos que sean capaces de dinamizar la vida local a través de la conservación y el estudio del patrimonio.

El proyecto arqueológico “Pradocastaño” es un ejemplo de ello. Puesto en marcha en los compases finales de la anterior legislatura, ha supuesto un esfuerzo ingente para todas aquellas personas que de una manera u otra hemos querido participar en su creación y desarrollo. A veces contra viento y marea, a veces sin apoyos, ni comprensión por parte de los que nos rodean, pero siempre con la ilusión del primer día. ¿Y por qué tanta ilusión? En primer lugar porque Hernán-Pérez ha sido cuna de uno de los hallazgos más importantes de la Península Ibérica en lo que a “estelas diademadas” se refiere. El hallazgo en los años sesenta del pasado siglo de una colección de siete ídolos y una estela de guerrero que hoy se conservan en el Museo Arqueológico Nacional, han supuesto desde antiguo una riqueza patrimonial inmensa. A eso hay que sumarle la presencia de varios túmulos y dólmenes, algunos excavados en los años 70, como el dolmen del Matón, de tipo “tholos” o el dolmen del Chanquero. Esa riqueza arqueológica ha generado desde siempre una inquietud por parte de los vecinos por conocer un poco más de la historia que les ha tocado custodiar. Hasta ahora no había sido posible, pero desde el año 2017, con la inestimable colaboración de la Diputación de Cáceres y su presidenta socialista Charo Cordero, la recuperación, estudio y consolidación del patrimonio arqueológico de Hernán-Pérez comienza a ser ya una realidad.

¿Habría sido positivo que esto se llevara a cabo antes? Tal vez no. Quizá lo más interesante del proyecto arqueológico “Pradoscastaño” no sea simplemente el proceso arqueológico y científico. Sino la idea de que en un pueblo como Hernán-Pérez, de apenas 500 habitantes, se autogestione un proyecto de este calado, un proyecto mimado y gestionado con el cariño con el que sólo pueden hacerlo los propios habitantes de la localidad. Convertir Hernán-Pérez en un lugar de custodia, pero también de estudio, difusión y preservación del patrimonio histórico es un reto que sólo se puede afrontar con la mentalidad del paso corto y la vista larga. Paso a paso se puede generar alrededor de este tipo de iniciativas un motor cultural, una industria cultural, capaz de revertir a la sociedad el esfuerzo que se hace al financiar este tipo de iniciativas.

Cada pueblo de Extremadura puede tener su propio proyecto “Pradocastaño”, sólo hay que echarle ganas, tener un planteamiento serio y no tener miedo a ir despacio, porque para construir una casa firme hay que afianzar bien los cimientos. Si lo conseguimos, podemos velar por nuestra cultura y patrimonio, pero también podemos favorecer grandes políticas públicas como la de la lucha contra la despoblación. Atraer talento y gente joven a nuestra tierra es una prioridad. Pongámonos a ello y si puede ser a través de la revitalización de nuestro patrimonio, mucho mejor.

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