Post de Guillermo Fernández Vara en El Cuaderno de Guillermo.
Ayer fue un día de esos que seguro que recordaremos cuando pasen los años. ¿Te acuerdas del Price en 2015 cuando lo de la bandera ? ¿Te acuerdas del discurso de Pedro Sánchez cuando dijo aquello de “yo soy un hombre limpio” y “voy a luchar contra la corrupción con todas mis fuerzas”?¿ Te acuerdas del discurso de Javier Fernández sobre las ideologías? Hace un año perdimos en España las elecciones europeas, un año después podemos decir bien alto que vamos a ganar las elecciones generales dentro de 5 meses. Tenemos el mejor candidato y vamos a tener el mejor de los programas. Hay muchas ganas de ganar por los que serán los grandes beneficiados de esa victoria. Los humildes, los sencillos, la gente normal de la clase media y trabajadora.
Hoy he tenido un día repleto de reuniones preparando el Debate de Investidura, entrevista en LA SER, comida en Cáceres con un buen amigo que siempre me ha dicho lo que piensa , entrevista con un extremeño ilustre y crítico constructivo conmigo y el PSOE que me traslada ilusión y esperanza. Pero me vais a permitir que me quede con un momento del día. Al ver ayer las imágenes de LA SEXTA me di cuenta que tenía el pelo un poco largo de más. Y esta mañana me escapé a pelarme. Lo suelo hacer en WILLY de Mérida, en BLANCO de Badajoz o en MINGUI de Olivenza. Hoy en la peluquería de WILLY mientras nos contábamos mil historias, me oí en la radio. Y pude comprobar que lo había conseguido. Que la terapia anticomplacencia a la que me he sometido durante estos cuatro años había dado su resultado. “No me gusté nada”. Todavía no he sido capaz de desprenderme de todos los tics de la política de los políticos. Pero progreso adecuadamente porque debo reconocer que me siento muy bien sabiendo que lo he conseguido.
Prohibido, y no me gusta prohibir, decir “que bien has estado presidente”. A todos los que de verdad me queréis os pido que entendáis que el Vara que en 2011 se fue del gobierno no tiene nada que ver con el que va a intentar lograr volver tras ganar las elecciones. Soy el mismo pero no soy lo mismo. He aprendido a mi madura edad que la política solo merece la pena si la desnudamos de los oropeles, cosa de poco valor y mucha apariencia, y la llenamos de “vida de la gente”. No voy a poder ir a todas las inauguraciones, fiestas, ferias y demás. He quedado citado estos años con demasiada gente sencilla que no tiene nada que inaugurar en sus vidas. Pero que me necesitan más y yo a ellos.