Artículo semanal de Lara Garlito. 
El relato de Cataluña de esta semana se ha convertido en la fábula de Esopo El parto de los montes. Mucho estruendo, leíamos noticias que informan sobre el traslado de los bancos catalanes a otras ciudades españolas para situarse frente al mundo. Las empresas quieren marcharse de ahí, no se sienten seguras. Cataluña había dejado de ser un lugar de referencia comercial para convertirse en un lugar lleno de incógnitas, contradicciones y anacrónico.
Ante la huida de los bancos y empresas, el Vicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras dijo que no eran más que malos presagios y que si los bancos querían marcharse no habría problemas, vivimos “en una economía abierta y global, donde cualquier empresa trabaja con bancos de todo el mundo”.
No deja de sorprenderme que quienes pretenden levantar muros, fronteras, quienes hablan de separaciones, se atrevan a hablar de sociedad abierta. Para mí una sociedad abierta es libre y democrática, una sociedad que no habla de fronteras, que levanta puentes con lenguas, muchas y diversas, y cuya verdadera patria es la cultura y la igualdad.
Sinceramente, eso no tiene nada que ver con la Cataluña que ha provocado el gobierno actual catalán, una Cataluña ilegal, coaccionada, enfrentada y asustada. Solo han provocado ruido y mentiras. Mucho ruido.
Se marcharon los bancos, se marchan las empresas y el martes 10 de octubre en el pleno del Parlamento de Cataluña, el President se disponía a proclamar la independencia, ¿lo hizo? sí pero no, calló, y todos los independentistas salieron de la cámara legislativa para dar a luz a una pequeña criatura, desconocemos si fue un ratón como relataba Esopo pero firmaron algo que solo ha ocasionado ruido.
Para Marsé octubre es un mes de malos augurios y dramas, las redes están repletas del poema de Gil de Biedma ‘Noche triste de octubre, 1959’. Yo deseo que este octubre no lo sea, siempre nos enseñan que un país que conoce su historia no está condenado a repetirla.
Es el momento de estar todos los constitucionalistas unidos, de un mismo lado. Ayer celebramos el día de la Hispanidad, celebramos todo lo que nos une, ¿por qué no continuar? modifiquemos y actualicemos nuestra Constitución entre todos para que refleje la España moderna que somos.
Paremos tanto espectáculo y dolor para levantarnos sobre un país que refleje esa sociedad abierta que es España, libre de fronteras ficticias y rica en cultura.
