Fernando Solís : Montoro, en el país de Cáritas y Cecilia

Fernando Solís nos ofrece una interesante reflexión sobre el talante intolerante del Gobierno del PP ante las protestas y datos de la pobreza generada por sus políticas.  Pobreza en Extremadura

Por Fernando Solís Follow adrianboullosa on Twitter

Aunque le pese a Montoro y quiera contradecir las estadísticas de Cáritas, junto a la España de los poderosos y ricos, hay una España de colas en los Bancos de Alimentos, Cruz Roja, Cáritas, parroquias y otras ONGs para matar el hambre, el frio y la oscuridad; Cáritas Europa coloca a nuestro país como el segundo en la lista con mayor índice de pobreza infantil, el primero es Rumanía, como consecuencia de la aplicación tan severa de recortes y políticas de austeridad, y recomienda mayor presupuesto público para combatirla; Montoro desmiente las cifras porque sólo se basan en mediciones estadísticas. Entonces, ¿por qué creer al Gobierno cuando nos ofrece constantemente datos estadísticos sobre todo?

Además, el ministro ha pedido a esa organización que no provoque debates en este sentido o sea que se callen, como pretende de los ciudadanos en general el Gobierno del PP, que otorga la consideración de enemigos a los que osan expresar sus protestas contra su gestión en el proyecto de ley de seguridad ciudadana, tachado de inconstitucional y retrógrado por el Consejo General del Poder Judicial y Jueces por la Democracia, propuesto por un ministro oscuro y arcano que apunta maneras inquisitoriales y quiere silenciar las protestas de los descontentos.

Montoro ha replicado que lo que erradica la pobreza es el crecimiento y la creación de empleo. No puedo estar más de acuerdo, pero no puede lucirse este señor precisamente con datos positivos de crecimiento de actividad económica y empleo ¿no?; hasta que no se creen puestos de trabajo, hasta que el paro descienda, lo mejor que podría hacer Montoro es dejar de chillar y ponerse a trabajar para rescatar de la exclusión y de la pobreza a las personas adultas y niños en esa situación, y no preocuparse tan sólo de los dirigentes de los bancos, de los fondos de inversión y de las autopistas de peaje.

Esta mañana me decía José, un cacereño residente en Mejostilla, que esta situación solo puede aguantarse hasta que falte el pan, y he recordado la canción de Cecilia:

Mi querida España. Esta España mía, esta España nuestra.

De tu santa siesta ahora te despiertan versos de poetas.
¿Dónde están tus ojos? ¿Dónde están tus manos? ¿Dónde tu cabeza?

Mi querida España. Esta España mía, esta España nuestra.

De las aras quietas, De las vendas negras Sobre carne abierta
¿Quién pasó tu hambre? ¿Quién bebió tu sangre cuando estabas seca?

Mi querida España. Esta España mía, esta España nuestra.

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