“que te vendes que te pagas, es lo que piensa el tirano”
Nicolás Guillén
La democracia se resquebraja cuando los y las que deben actuar y vivir en la ética que demanda servir a la ciudadanía, traicionan su confianza, abrazan la inmoralidad y rompen el pacto establecido en las urnas.
Debatir deontológicamente entre corruptor o corrompido, desvirtúa el foco de la desilusión social. Tan detestable es quien, por ejemplo, se vacuna indebidamente, como quien llama para hacerlo. Tan repugnante es el que paga, como el que cobra. Roma no paga traidores, pero el PP, una vez más, sí.
Y si es realmente penoso que tres sujetos traicionen su compromiso, son aún mucho más preocupantes y detestables los tentáculos de una organización, de un tejido que, durante décadas, puso precio a la voluntad de los protagonistas del sistema.
Les da lo mismo Canarias que la Gürtel, les da lo mismo el Pazo de Meirás que Bankia. La vergüenza es que, un partido político que puede ostentar la representación mayoritaria de la población, tenga una concepción mercantilista del poder y del gobierno. Una concepción, lo dice la Justicia, corrupta.
Que se venden, que se compran, es lo que piensa la derecha, parafraseando al gran poeta cubano. Son ellos o la nada, dicotomizan año tras año. Ahora es libertad o socialismo para la tan afamada y frívola Sra. Ayuso. Siempre es blanco o negro. ¿Y saben por qué? Porque los polos hacen ruido y mientras más ruido, menos espacio para la razón y mientras menos espacio para la razón haya, mejor para el mercadeo de voluntades. Así de fácil es la ecuación.
También deberían darse cuenta que un sistema basado en las libertades y derechos individuales, requiere transparencia y eficacia para ser una herramienta útil. Si no lo es, corremos el riesgo de seguir dando espacio a los ideólogos del terror y la mentira, a los que plantean perseguir para volver a la España que nos avergüenza, la que ellos, detrás de la bandera, vitorean, al igual que los que pagan en Murcia y se venden en Murcia.
Ellos seguirán peleando por un país peor. Nosotros debemos dedicarnos a ganar elecciones para transformar desde el BOE, para construir el futuro. Es bueno para España que el PSOE gane las elecciones, pero aún mejor tener partidos políticos preparados para gobernar desde la honestidad, asumiendo matices ideológicos que nos separen o nos acerquen, pero con la idéntica capacidad para transparentar un sistema que, si sucumbe ante la corrupción, implosionará en formas de odio populista que nos hará retroceder años.
Está en la ciudadanía marginarlos electoralmente. Está en ellos cambiar o ser la escopeta nacional. Ya lo decía Berlanga: «Yo pensaba que lo más jodido de mi vida había sido la censura de Franco. ¡Pues no! Lo más jodido es la pérdida de memoria».
