Santos Jorna: «Brecha territorial»

Diferencias entre territorios en cuanto a sus desarrollos socioeconómicos. 

Voy a comenzar quizás por el final, en cada uno de nuestros municipios, en cada una de nuestros 230 núcleos locales, incluidas las entidades locales menores, debería tener presencia permanente una escuela de formación municipal para enseñar la historia contemporánea de cada uno de nuestros pueblos. Da igual que sea un curso, un aula, un seminario, unas jornadas, pero se hace imprescindible disponer de formación en historia contemporánea local para saber, por parte de los habitantes de nuestra tierra, por qué estamos donde estamos, y sobre todo para saber qué podemos hacer con nuestro talento y nuestros recursos rurales, sociales y económicos. Y no me refiero solo a saber cuáles son los recursos turísticos históricos, culturales, patrimoniales, naturales de los que disponemos en cada localidad, que también. Si no, sobre todo, que ha ocurrido en los últimos siglos, sobre todo el en siglo XIX, XX y lo que llevamos de XXI para conocer la situación socioeconómica de la que somos herederos. Sigue siendo una verdadera paradoja, que sigamos teniendo en muchas ocasiones más información de la presencia romana, judía o visigoda a través de sus legados patrimoniales, que lo que ocurrió en nuestros pueblos en los dos últimos siglos.

Un estudio de la Cámara de Comercio de España y del Consejo General de Economistas de España, referido a la evolución de las Comunidades Autónomas desde el año 1975 al año 2020 en el ámbito económico, social, empresarial, pone de manifiesto dos cosas esencialmente, a saber: Todavía la brecha existente entre las regiones más prosperas y las que menos, medida esas diferencias a través del producto interior bruto per cápita, sigue siendo enorme. La brecha territorial sigue marcando importantes diferencias entre unas comunidades y otras, en un polo se encuentra Madrid, y en el otro nuestra comunidad Extremadura. 1,8 sigue siendo la diferencia en el pib por habitante entre ambas comunidades autónomas. Pero siendo esto una tremenda y cruda realidad, hay igualmente que subrayar que en estos últimos 45 años las comunidades más desfavorecidas y abandonadas por el Estado, han hecho un esfuerzo titánico para converger con la media del desarrollo nacional. Tanto es así, que en este periodo de tiempo desde el 1975 hasta el año 2020, los diferenciales de PIB per cápita entre las diferentes regiones se han reducido 30 puntos porcentuales por la paulatina convergencia hacia la media nacional de las más desfavorecidas.

En 1975, el PIB per cápita de Extremadura (5.896,16 en euros constantes del 2010) se situaba casi un 50% por debajo de la media (11.581 euros constantes), mientras que el de Madrid era el 45,5% superior a la media (16.845 euros). La distancia entre una y otra comunidad era de 95 puntos. Con datos del 2019, la brecha entre el PIB por habitante de Extremadura (18.637 euros constantes del 2010) y Madrid (34.748 euros) sigue siendo muy importante, pero ahora la brecha de 95 puntos ha quedado reducida a 65 puntos. Seguimos estando en una situación preocupante, pero en solo 45 años, hemos reducido de manera incuestionable nuestras diferencias con las zonas más ricas del país, después de siglos de abandono y desprecio hacia nuestra tierra, hacia nuestros pueblos y ciudades. Y todo ello debe ser dicho, estudiado, analizado. Ahora que en tantos lugares y por tantas lumbreras se pone en entredicho el poder público, las instituciones regionales y provinciales como las Comunidades Autónomas o las Diputaciones Provinciales. Hay que decir alto y claro, que nuestros pueblos y ciudades se encuentran hoy mucho mejor, en relación al desarrollo del resto del país, que hace 40 años gracias al nacimiento en nuestra región de la Comunidad Autónoma de Extremadura, gracias a la existencia de las Diputaciones Provinciales, y gracias al empuje de cada Ayuntamiento de nuestra provincia y nuestra región. Y por supuesto gracias a los fondos estructurales europeos, que nos han servido para emprender importantes proyectos de progreso en nuestro territorio, a través de políticas de desarrollo, en diferentes niveles,  los grupos de acción local, la pac, el fondo social europeo, los proyectos interreg por poner solo algunos ejemplos  y sobre todo un tejido empresarial que ha tenido que sortear innumerables dificultades para afrontar un presente y un futuro, marcado por la pesada losa de un pasado de discriminación y olvido, por parte del resto del país. Debemos estudiar, aprender, comprender y tomar conciencia de que los 40 años de la dictadura de derecha en nuestro país, en nuestra región, por irnos a los años anteriores a ese año 1975 de inicio del estudio citado, fueron absolutamente dramáticos para la economía de nuestros pueblos y ciudades. Los planes faraónicos de construcción de pantanos para generación de energía hidroeléctrica y regadíos y la apertura  de pueblos de colonización, 21 en la provincia de Cáceres y 42 en la de Badajoz, tuvieron como consecuencia junto al abandono del campo ( lastrado por las grandes propiedades, los latifundios y la riqueza injustamente repartida) y la falta de oportunidades y esperanza que  llevaron a casi un millón de extremeños abandonar nuestra región y a contribuir a hacer todavía más ricas, regiones como las de Madrid, Cataluña o el País Vasco.

A pesar del enorme esfuerzo de estos últimos 45 años por revertir esa situación de partida, y haber rebajado de manera considerable esas diferencias entre las regiones más ricas y las que nos situaron en el furgón de cola, hoy todavía necesitamos continuar realizando un tremendo esfuerzo por avanzar en la dirección correcta.  Hoy somos potencia nacional de referencia en la generación de energía renovable y en nuestra industria de agroalimentación, pero también aquí no podemos repetir errores del pasado. Hoy se habla de una nueva colonización cuando comprobamos como sigue siendo un problema grave, gravísimo para nuestra tierra como las inversiones que se realizan en ella, siguen creando en gran medida proyectos con poco valor añadido que permanezca en nuestro territorio. Nuestro sol, es un recurso valiosísimo, que no debe usarse solo para aumentar la cuenta de resultados de multinacionales de la energía, si no para hacer que la gente de nuestros pueblos y ciudades vivan mejor, con más dignidad y con menos costes energéticos que cualquier otro habitante del resto del país, por poner algunos ejemplos. No solo basta con llenar nuestros campos de paneles solares, debemos llenar nuestros pueblos de gente, que saque provecho de ellos en el corto, medio y largo plazo. Nuestra agua y nuestra tierra, tenemos las provincias más extensas de toda España, deben servir no solo para alimentar con nuestros exquisitos productos alimenticios, a las grandes ciudades españolas o europeas, o cruzar el atlántico para llegar a otras importantes ciudades americanas, sino que debe servir para fijar población a nuestros envejecidos pueblos. La apuesta por la agricultura ecológica, la agroecología, los canales cortos de comercialización, la artesanía alimentaria, la economía circular, la gestión local de los residuos, el agro turismo sostenible, las comunidades locales de autoconsumo energético, deben ir tejiendo poco a poco una red de desarrollo local, rural, que permita no solo que sea atractivo vivir en nuestros pueblos, si no que pueda ser atrayente, como nunca, y dada las circunstancias vitales que vivimos después de la maldita pandemia, para cualquier ciudadano de nuestro país, Europa o el mundo. Junto a nuestros recursos naturales, gestionados de manera sostenible, y con soberanía en su gestión y disponibilidad, debemos saber aprovechar todas las ventajas que supone la digitalización de la economía, de la sociedad para crear nuevas ventanas de desarrollo abiertas al mundo, desde nuestro planeta rural , desde nuestras avenidas locales, desde nuestros campos que hoy miran como nunca a una Tierra, cada vez más envejecida, desertificada, contaminada y dañada por los mismos que con sus ansias de aglutinar todos los beneficios en unas pocas manos, contribuyeron a crear una comunidad extremeña, cacereña en una tierra de colonización, para el recreo y beneficio de unos pocos, cuyos herederos hoy siguen queriendo dar lecciones de eficacia y gestión productiva.

Hoy Extremadura ante una de las peores crisis sanitarias, económicas y sociales puede decir que trabaja con todas sus armas políticas, sociales, económicas, sanitarias, en la lucha contra la pandemia de la Covid 19, aunque no es para sacar pecho de ello, puesto que las cosas pueden venir mal dadas en otros momentos, pero hoy somos la Comunidad Autónoma con los mejores datos sanitarios de país, con la menor incidencia por cada 100.000 habitantes, del temido coronavirus. Algo tendrá que ver la gestión pública realizada, el comportamiento de la ciudadanía extremeña, especialmente los más perjudicados como el comercio, la hostelería, el turismo. Y sin tampoco lanzar las campanas al vuelo o tirar cohetes, pero es para tener muy en cuenta, el que un recientemente aparecido informe, en este año 2021, indica que la economía extremeña ya habrá sobrepasado su nivel previo a la crisis sanitaria el año próximo. Es la estimación de BBVA Research, que prevé que el PIB regional podría crecer un 4,2% en el 2021 y un 7% en el 2022. Una progresión que situará a la comunidad autónoma como la sexta que en mayor medida superará entonces la actividad que tenía antes de la covid-19 tras, por este orden, Galicia, Aragón, País Vasco, Navarra y Murcia. De cumplirse estos cálculos, la economía extremeña crearía unos 16.000 nuevos empleos en el periodo 2019-2022, un escenario que llevaría a reducir la tasa de paro de la comunidad autónoma hasta el 19,2%, 2,3 puntos porcentuales por debajo del nivel de 2019.

Algo sin duda esta cambiado en la forma en que estamos intentado reducir esa brecha, que parecía insalvable entre las regiones beneficiadas por las políticas económicas en nuestro país de los últimos decenios o siglos, y los que nos vimos apartados de manera injusta y discriminatoria del desarrollo, que parecía reservado para una comunidad, que pisoteaban a las otras, con el apoyo del papá Estado. Y todo esto como decía al principio, debe enseñarse, estudiarse, difundirse para tomar conciencia de dónde venimos, lo que hemos tenido que sortear y superar, donde estamos y nos preparemos con acierto para saber qué es lo que no queremos repetir, y sobre todo hacia dónde queremos ir.

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